jueves, 13 de febrero de 2014

Reformas económicas sin perder calidad



Honra2 es una empresa de obras y reformas económicas de pisos, casas, locales y comunidades de vecinos en la Comunidad de Madrid, que nace con el firme propósito de hacer honor a su nombre desde el principio. ¿Cómo lo conseguimos? Sencillo.
Es tan fácil como poner de acuerdo a un cliente que no quiere gastar mucho y a un proveedor que está dispuesto a trabajar con un margen muy reducido (porque no trabajar es perder). 
En un proyecto o transacción no es necesario que uno se lleve la parte del león y otro la del ratón. Tú quieres un buen trabajo en tu reforma, nosotros queremos un buen trabajo para vivir y los proveedores desean continuar con su negocio... Todos podemos ganar si ponemos de nuestra parte. Las trampas y los abusos no favorecen a nadie.
Con esta empresa de reformas económicas de pisos, casas y locales comerciales todos podemos ganar. ¡Se puede ser honrado!
HONRA2 pone a su servicio una dilatada experiencia y una filosofía empresarial completamente nueva que son sinónimo de garantía en el sector de la construcción y los servicios. Descubra por sí mismo a nuestro competente equipo y nuestros servicios.
Nuestras ventajas
  • Desde un peón hasta un contratista a precios de costo.
  • Los mejores profesionales del sector.
  • Presupuestos transparentes, gratuitos y sin compromiso.
  • Atención post reforma.

jueves, 6 de febrero de 2014

50 Reformas de Grey



Eran las 12:50 de una fría mañana de noviembre, apenas faltaban 10 minutos para que llegase la hora a la que los dos habían quedado. Ella estaba sentada en una mesa al fondo de la cafetería que había más cercana a su casa. Había estado 3 semanas en el extranjero por trabajo, pero ambos habían estado en contacto por whatsapp. Tenía una mezcla de ilusión y nervios. Era la primera vez que lo hacía en su vida, si bien, los dos cafés que se había tomado no le ayudaban mucho a relajarse. Miraba nerviosa por la ventana, esperaba verle pronto y que todo ocurriese mientras antes mejor.
Cinco minutos antes de la una apareció él,  sus gestos y su rostro reflejaba tranquilidad, para él era algo habitual. Lo hacía bastante a menudo y esa experiencia le hacía sentirse seguro de sí mismo y confiado en que todo iría bien.
Ella levantó tímidamente la mano, él rápidamente la localizó, se acercó con paso firme dejando el casco de motorista apoyado en la silla. Se saludaron y hablaron un poco de lo caprichoso del tiempo en Madrid para romper un poco el hielo. En un momento dado, ella sacó el tema del pago, cómo y cuándo debía hacerlo. Él la tranquilizó, primero vamos a tu casa y, si quedas satisfecha  hablamos de dinero, le dijo.
Así lo hicieron, dejaron la cafetería y recorrieron a pié los escasos cien metros que les separaban de su casa, mientras más se acercaban, más se podía percibir los nervios de ella por entrar a su casa y ver si merecía la pena. Durante esos larguísimos cien metros hablaron de la preocupación de ella por los vecinos y el ruido, él volvió a tranquilizarla. Entraron al portal y subieron a pie el tramo de escalera que les separaba del primer piso, que es donde ella vivía. Él metió la mano en su bolsillo y sacó algo, eran unas llaves, se las entregó a ella y rápidamente las introdujo en la cerradura, inspiró fuertemente con los ojos cerrados pensando si habría hecho bien, si se arrepentiría, si le causaría algún problema… Sus dudas desaparecieron nada más abrir la puerta y abrir los ojos. Al encender las luces de su salón vio como la reforma de su casa había quedado más bonita de lo que ella había imaginado durante esas tres semanas.
Recorrió como una niña cada rincón de su nueva casa, la cocina, el baño, su dormitorio, le ilusionó ver el nuevo color de las paredes, la nueva tarima del suelo… Todo estaba perfecto, a su gusto y sin sorpresas respecto al presupuesto inicial.
El equipo de Honra2 lo había vuelto a hacer.
Ella se abrazó a él, el reformista responsable de hacer realidad aquel sueño que parecía imposible tres semanas antes.
Él tenía prisa, se despidieron en la puerta agradeciendo mutuamente el haberse conocido. La puerta se cerró y él bajó rápidamente las escaleras. Se puso el casco, los guantes y la chaqueta, se subió a la moto,  la arrancó y salió en dirección M40. Poco a poco fue desapareciendo el ruido de su moto hasta ser solo un recuerdo. Había quedado a 13:30 en la casa de otra persona para comenzar a hacer realidad otro sueño.