El gran maestro de budismo zen, Thich Nhat Hanh, en su libro "Hacia la paz interior" (ed. debolsillo clave) hace una proposición de interiorismo interesante:
"Tenemos una habitación para cada cosa: comer, dormir, mirar la televisión... y sin embargo no tenemos una habitación para concentrarnos. Os recomiendo que habilitéis una salita de vuestra casa y la llaméis "sala de respiración", ha de ser un lugar donde estar a solas y practicar sencillamente la respiración y la sonrisa, sobre todo en los momentos difíciles. Esta salita debería respetarse como si fuera la Embajada del Reino de la Paz, no podemos violarla con iras, gritos o sentimientos negativos. (...)Quizá en muchas de nuestras casas el espacio esté demasiado ajustado como para dedicarle una habitación entera a la Paz pero ¿qué tal un rinconcillo? ¿A ti qué te parece la idea del maestro zen? ¿Cómo lo apañarías?
Sugiero que la sala de respiración esté decorada con mucha sencillez y que no esté demasiado iluminada. Debéis proveeros de una campanilla de agradable tañido, algunos cojines o sillas y, si puede ser, algún florero que os evoque la Naturaleza auténtica. (...)
Si te sientes agobiado sabrás que lo mejor que puedes hacer es dirigirte a esa sala, abrir suavemente la puerta, sentarte, hacer que suene la campanilla y empezar a respirar."
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